El hipnotismo es una fuerza neutral, no es ni bueno ni malo.
El hipnotismo es una herramienta de doble filo, puedes utilizarla para el bien
o para el mal. Es como utilizar un cuchillo de cocina, puedes utilizarlo para
cortar y procesar comida, o puedes utilizarlo para matar a alguien. Su valor
depende sobre quién lo ejerce y cómo se usará. El control mental, el poder de
la sugestión, y lograr entrar en el subconsciente, o sea en el alma de la
persona, son cuestionables si se abusa de ellos.
El hipnotismo es más vulnerable al abuso porque no se
necesita mucho esfuerzo para alguien que pueda aprender a practicarlo. Casi
cualquiera puede hacerlo y lograr un mínimo de éxito. Y aunque el efecto puede
ser temporal o mínimo, aún así el hipnotismo tiene la capacidad de alterar algo
en la forma en que el sujeto puede pensar, comportarse o decidir su futuro. Por
ejemplo la televisión es un medio por el cual la gente puede ser hipnotizada,
donde reciben constantemente sugestiones, sugerencias, manipulaciones como la
publicidad o simplemente ver un programa con contenido medianamente negativo
como los noticieros, las películas, relatos o historias. Normalmente la televisión tiene contenido altamente hipnotizador y
sugestionable.
En esta línea, se debe tener precaución especialmente cuando
se trata de hipnoterapia. En primer lugar, incluso cuando es manejado por un
profesional, la hipnosis puede o no curar una persona. Es efectiva si se usa en
contexto, si se hace de la manera correcta y en coordinación con otras
prescripciones correspondientes. No es un sustituto del tratamiento médico y
psicológico.
Por lo tanto, solo una persona calificada debe intentar
diagnosticar a una persona y analizar lo que le afecta; y luego prescribe un
tratamiento apropiado para él. El profesional lo hará luego para proporcionar
una evaluación concisa sobre un caso en particular.
Del mismo modo, una persona no calificada podría leer la
impresión equivocada y el diagnóstico en la dolencia. Él puede llegar a un
error o inexactitud en la interpretación, prescribiendo así el curso equivocado
del tratamiento.
Lo mejor es buscar asesoramiento médico profesional, en
lugar de hipnosis, cuando el sujeto está experimentando dolor o enfermedad. No
hacerlo podría llevar a una amenaza para su propia vida
Imagínese si hipnotiza una persona que padece un dolor
causado por una enfermedad grave. Si esa persona que es tratada con hipnoterapia
no experimenta las incomodidades provocadas por la enfermedad, ella no volvería
al médico para un chequeo. Esto podría conducir a resultados peligrosos y podría
afectar negativamente la salud y la vida de esa persona.
Así que siempre ten cuidado cuando uses la hipnosis. Siempre
debe utilizarse con responsabilidad.
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