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miércoles, 5 de julio de 2023

¿Cómo practicar la atención plena o el mindfulness a diario?

 

Cuando estamos comenzando a practicar la atención plena, lo podemos mirar a través de una perspectiva general. Este primer paso hará que aplicar el orden en la vida sea un poco más fácil.

Por suerte, tienes muchas maneras de empezar a practicar la atención plena todos los días.

No necesitas materiales lujosos o costosos. Ni ir a ninguna parte. Todo lo que necesitas es tomar algunas respiraciones profundas y tu cerebro, nada más.

Desacelerar

En el ajetreado mundo actual en el que estamos viviendo a "modo de rutina", reducir la velocidad puede ser súper difícil. Siempre sentimos que necesitamos estar en movimiento para trabajar en el siguiente proyecto. 

Esto a veces puede requerir que necesitemos comer mientras trabajamos en nuestros escritorios, estar pendientes de una llamada mientras caminamos hacia nuestro próximo destino, o incluso para posponer el sueño por unas horas.

Si bien esas prácticas son excelentes para trabajar, también pueden ser muy estresantes y pueden dañar tu cuerpo y tu cerebro con el tiempo.

Para comenzar a practicar la atención plena, debes reducir la velocidad.

A veces, esto significa apagar tu computadora portátil mientras comes tu almuerzo y darte un descanso después del almuerzo, apagar el teléfono, la tv o la tablet antes de acostarse.

Con todas estas prácticas siguientes, te animamos a que comiences, y sería increíble si de repente pudieras cambiar tus hábitos en prácticas conscientes más saludables de la noche a la mañana, sin embargo, esta expectativa no es realista en absoluto.

Comienza con pequeños cambios y auméntalos poco a poco. Para comenzar a disminuir la velocidad durante el día, concéntrate primero en la comida, en lo que estas comiendo y cómo estás comiendo. Siendo consciente de ello.

Asegúrate de no compaginar tus comidas con tu trabajo para que puedas concentrarte y ser más consciente de tu comida. Una vez que te sientes cómodo con estas prácticas, vas agregando una práctica más.

Participa en actividades en donde necesites más enfoque y concentración, esto ayuda a potencializar tu memoria y hacer tus labores con más calma y atención. Esto ayuda a evitar que se acumule desorden, y te ayudará a ser más consciente de lo que haces con todas tus cosas.

Cuando estás haciendo una actividad, como por ejemplo lavar los platos, sé consciente de cada acción que está haciendo. Permítete tomar conciencia del agua que golpea tus manos (o tus guantes si los tienes) y ser consciente de cada plato que estás limpiando. Disminuye la velocidad de lavado y dejar los platos perfectamente limpios.

Para algunos, incorporar respiraciones profundas mientras se realizan actividades repetitivas puede ser un extra muy beneficioso.

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Otro aspecto importante de la atención plena es evitar pensar en actividades de resentimiento o disgusto. Incluso si odias absolutamente lavar los platos, en lugar de pensar en lo mucho que odias la actividad, piensa en lo bien que se sentirá tener los platos limpios y no tener desorden en el fregadero.

Con el tiempo, pensar en actividades con una mentalidad positiva, en vez de tener pensamientos de resentimiento, llegará el tiempo en que lo harás de manera natural, con menos resentimientos y emociones negativas.

Toma nota de factores desencadenantes

Practicar la atención plena no se trata solo de las acciones o decisiones que tomas, sino también se trata de cómo piensas y respondes a los eventos. Los humanos no somos positivos todo el tiempo. Algunas cosas nos hacen doler, molestar y enojar.

Sin embargo, a veces somos demasiado rápidos en responder con emociones negativas, haciéndole caso al cerebro primitivo que todos tenemos todavía, desde el tiempo de las cavernas, cuando lo necesitábamos para poder sobrevivir. Ahora, nuestra realidad ya no necesita de esas reacciones primitivas, porque no estamos en peligro, no necesitamos atacar demasiado a los demás.

Presta atención a los eventos que te hacen estallar de emoción.

¿Qué te enoja y qué te molesta? Esto puede ser una de las prácticas de atención plena más difíciles de incorporar por completo en tu vida. No te rindas si esta práctica te lleva mucho de tiempo para dominarla.

Digamos que experimentas mucha ira cuando alguien rompe tu vaso favorito. La respuesta reaccionaria sería ir a buscar a esa persona y empezar a gritarle. Sin embargo, este camino probablemente te conducirá a una relación cada vez más destructiva, y podrías hacer o decir algo que después te puedes arrepentir.

Este es el momento perfecto para notar esta reacción. Es comprensible que romper un objeto que aprecias te enoje demasiado. Ahora sabes que esta ira se desencadena con este evento. Esto además te ayuda a conocerte a ti mismo/a. Ahora eres consciente de esta emoción. Al ser consciente de este sentimiento, puedes tomarte un momento antes de hablar con la persona a la que rompió el vaso.

Respirar profundamente, unas cuantas veces te permitirá pensar en cómo quieres reaccionar y las palabras que le dirás. Al ser consciente, puedes decidir el camino que quieres tomar cuando se produce un desencadenante. 

Esto te da más poder porque en lugar de dejarte llevar por emociones negativas, podrás evitar el estrés, sentirte mejor contigo mismo/a y evitar situaciones desagradables.

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